lunes, 13 de septiembre de 2010

EELS: “Tomorrow morning”

Los detractores de la música pop suelen atacarla por comercial, blandengue o extremadamente sencilla (¿de verdad han escuchado discos como Smile de Brian Wilson, u otras simbiosis perfectas de pop y música sinfónica?). En el caso de Eels estas simplificaciones caen por su propio peso, y es que la música de E. (sobrenombre de Mark Oliver Everett) siempre se ha caracterizado por las ricas texturas sonoras y la experimentación. De hecho, para el (otra vez) barbudo músico, grabar canciones pop ha sido la única manera de hacer soportable una vida marcada por la muerte y el infortunio, como relata en su excelente libro “Cosas que los nietos deberían saber”. Del mismo modo que este libro esconde, detrás de tanta tragedia, un espíritu indudablemente optimista y de superación personal, hay algo en sus canciones, a menudo de tono triste y confesional, que inyecta un increíble buen rollo y alegría de vivir.
Tomorrow morning es el tercer álbum en sólo año y medio de Eels, y según palabras del músico habla acerca de la redención, después de haber diseccionado el deseo en el magnífico “Hombre lobo” y la ruptura en el muy acústico y triste End times.

Es un disco variado estilísticamente, que incluye dos piezas instrumentales, pop con órgano y voz marca de la casa, cajas de ritmo (Baby loves me y This is where it gets good) o el góspel de Looking up, canción con la que inevitablemente se nos van los pies y nos ponemos a rockanrolear. Lo mejor del disco viene sin duda a la mitad, en todo el meollo, sobre todo con la confesional y preciosa What I have to offer. Y es que lo que se le da mejor a E. son estos temas lentos, desnudos, en los que parece decir “ha sido jodido, pero finalmente he llegado hasta aquí”.
Se trata, por tanto, de un disco positivo en cuanto a letras, E. está enamorado y feliz. Aunque quizá los no iniciados encuentren más accesible musicalmente al E. travestido de licántropo de "Hombre lobo”, donde firma los mejores temas de su carrera, alternando rock & roll borracho de blues con pop. Además, hay dos buenas razones para escuchar el disco. Estoy hablando de That look you give that guy, preciosa confesión de amor despechado en la que el cantante sueña con que ella llama a su puerta y le mira igual que a su novio, y Beginner’s luck, probablemente la mejor canción para ligar jamás escrita (“Ahora me has encontrado y sólo tienes que ver/ lo complementarios que podemos llegar a ser”). Lo dicho. ¡A escucharle! ¡Y a leerle!
Miguel Díaz Herrero

EELS - Spectacular Girl

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