domingo, 4 de septiembre de 2011

Pony Bravo en Sintonitzza: ¿A dónde vais a llegar?



Los festivales gratuitos son una excelente oportunidad para descubrir a grupos desconocidos y para confirmar la valía, o no, de los más populares.
Es la segunda vez que acudo al
Festival Sintonitzza y este año la más grata sorpresa ha venido de la mano de Pony Bravo.
Cuando los sevillanos ocuparon el escenario, Peña, Darío del Moral, Javier Rivera y Daniel Alonso, un ambiente canalla se desató. Y fue simplemente, o sobre todo, por ese aura mágica que se impone en el ambiente, tras el sonido de las primeras notas de cualquiera de las canciones de la banda.

La voz personal del cantante, el carisma y el ímpetu de su bajo, la contundencia de la guitarra y de la batería, lo envuelven todo. Si aliñamos esta ensalada con letras irónicas, a menudo, desvaríos, a veces sentenciosas, y con un ritmo atronador, la palabra fiesta no es más que un eufemismo. La metamorfosis del público es mucho más esclarecedora que todo lo que se pueda comentar a través del verbo.

Fiera es un discazo, pero Un gramo de fe no se queda corto. Presentar así un pupurrí de ambos discos es simplemente apoteósico, cuando quien toca lo hace con inmensa facilidad, como si saliera de las tripas, tan aprendido y masticado que les permite soltarse y volar. Parir al niño con tal naturalidad acaba por dar a luz a un bebé casi perfecto.

Por nombrar algunos temas, el inicio con Noche de Setas, Ninja de Fuego en su transcurso, La voz del hacha, Fullero o El Campo fui yo, no hicieron más que poner un paso en el frente, o al frente de las bandas abanderadas de este país. Pero, como era de esperar, fue La Rave de Dios la que acabó por elevarnos al éxtasis. ¡Otra, otra!

Desde su rancho, el Pony ha crecido, ya no trota con dificultad. Lo hace con paso alegre, decidido, espolvoreando alegría por allí por donde pasa.


¡Mamá recomienda ver a PONY BRAVO en directo! Cuando una actuación se convierte en una experiencia inolvidable.




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