Puedes ser Hombre Cartel, como en las pelis americanas.
Puedes hacerte puta.
Puedes dedicarte a ponerle nombres a los menús de los restaurantes chinos.
Puedes probar como trilero.
Puedes convertirte en personal Shopper de nuevos modernos.
Puedes hacerte Spiderman para fiestas de cumpleaños de hijos de familias ricas.
Puedes cobrarles a los testigos de Jehová por repartir su revista Atalaya.
Puedes pasear perros.
Puedes hacerte monja y no te faltarán hostias.
Puedes hacerte vendedor de Apple y andar por la tienda probando Ipads.
Puedes comprarte una cámara, hacer fotos en automático y venderlas a exposiciones en FNAC.
Puedes tocar el organillo con los gitanos, o hacer de cabra.
Puedes servir bebidas en los estadios.
Puedes repartir tarjetas de masajistas chinas.
Puedes afincarte en la barra de un bar y cobrar por escuchar las penas de otros parados como tú.
Puedes pasear viejos abandonados por sus hijos.
¿Poniendo pegas? ¡Tú lo que no quieres es trabajar!
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