lunes, 6 de septiembre de 2010

Standstill en Sintonitzza 2010

Algunos conciertos gratuitos son un regalo. Otros, son un lujo.En el caso de Standstill el pasado sábado en el Sintonitzza 2010 (Sta. Coloma), estamos hablando de uno de esos casos de éxtasis multitudinario, de fervor, de pasión. Y además, por la patilla.
La Plaza Europa ya prácticamente estaba hasta la bandera con Nueva Vulcano. Los catalanes habían desplegado todas sus apasionadas letras sobre un respetable, como dicen los taurinos, ansioso de coros y danzas. Yo llegué un poquito antes, bien acompañada por pareja y amigos, y la actuación de Nueva Vulcano me pareció muy correcta incluso pese a los problemas de sonido del festival, que se repitieron después con Standstill. Cervezas y acomodados en el césped.
Tuve la ocasión de saludar a Fuxedo (Cantante de DeVito), justamente mientras sonaba Te debo un baile. El aragonés me comentó que tocaban justo después de Standstill, un poco tarde, pero con la ilusión de siempre y que era un lujo hacerlos después de unos grandes tan grandes.
A la entrada de Standstill ya estábamos ávidos de fiesta y absolutamente "todos en pie". Esta servidora, concretamente, en un lateral privilegiado, sobre un banco, con mi pareja y los colegas. Entonces se inició una actuación de la que aún no me he acabado de recuperar emocionalmente. Ni yo, ni mi novio, (y eso que prefiere el rock and roll y se lamenta por el concierto de la semana que viene de Manowar al que no va a poder asistir...). Pero le gustó también Standstill. Y es que ahora me he dado cuenta de que Standstill es un grupo heavy, ideal en la descarga adrenalínica. De letras apasionantes, de chute, de droga en vena. De riqueza musical frenética. Su cantante, Enric Montefuso, con voz inconfundible, irrepetible, brincaba por el escenario, con el pelo revuelto y la guitarra casi echando humo. Ricky Falkner, del bajo a los teclados, sin despeinarse, con la elegancia de siempre.
La actuación no nos dio un respiro. La mirada de los mil metros será, sin duda, una de las más recordadas. El público estallaba en éxtasis colectivo. Los fieles más fieles, apretujados, cantándolo absolutamente todo. ¿Por qué me llamas a estas horas?, para cortarse las venas. 1,2,3 Sol, para recordar que la vida puede ser maravillosa. Cuando ella toca el piano, para hacernos saber que en el mundo hay también gente buena. Adelante Bonaparte en sus dos versiones. El porqué de hablar solo...
Y claro que nos faltaron muchas, pero vibramos. Y lo hicimos también escuchando a esa niña cantar lo de Hombre Araña... Y arañábamos también nosotros todos los momentos para que no se fueran... Yo, personalmente, me desgañité con algunas frases: Mientras el universo ronca ¿no te importa oír mi voz?; A través de tu risa la vida me pide perdón; hace frío vuelva usted vuelva a casa vuelva a la cama cada mañana desalmado ciudadano; hola ¿qué tal? cuanto tiempo un abrazo raro y un beso celos juegos estrategos ego trip bailas al espejo come come carretera ¿dónde vas? "hola ¿qué tal? ¿cuánto tiempo?" "muy bien con el grupo y eso" y un aplauso ¿salimos o no? ¿seguimos o no?; Y si luego resulta que hay dudas, será perfecto para volvernos a escapar; Suena el teléfono, yo ya sé quién es...
Es agotador vivir tan apasionadamente un concierto, sentir que cantan para una misma, en primera persona. Alcanzar esa empatía al 200 por cien te tumba. Y yo, que soy capaz de quedarme ronca con dos gritos... Dormí con el privilegio más grande: plenamente convencida de que acababa de vivir uno de los mejores conciertos de toda mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario